Detalles, frases reiteradas, demoras calculadas, hechos y asunciones, vistos con la perspectiva de un año y medio de mandato, ponen de relieve el plan del regidor, su hoja de ruta hacia la desmovilización de la sociedad isleña, su trama bien urdida hacia los principios del movimiento nacional, hacia el apoliticismo, hacia la domesticación y el sometimiento, hacia el pensamiento único.
Ursulita, Raposo y el mismísimo Loaiza llevan repitiendo la misma cantinela como lanza, como discurso, como argumento… “Un Consejo de Juventud, no funciona si está politizado…” “…Estáis mal formados, no sabéis nada de economía, eso es para los técnicos, para los que entienden de números… ” “…Está demostrado que para crear empleo solo deben de intervenir los que saben de eso y no los políticos…”; Hasta la buena chiquilla, la que tiene mucha experiencia de ocho meses y medio en el movimiento vecinal, la que dirige la delegación de participación, la Afriquita, lo cacarea en la tele local… "Estamos estudiando las propuestas para modificar el Reglamento, lo que más nos preocupa es su composición…”
Eliminar, neutralizar, opacar y obstaculizar a la oposición para no tenerla, enmudecer, criminalizar e impedir otras ideas e ideales, asordar las opiniones o cualquier opción ajena es su obsesión, imponer el marcial Si o Si, sin quejas ni rechistes, son capaces de asumir una Mesa por el Empleo y manifestar que el suyo, su Plan, solo “está pendiente de los últimos flecos” después de un año impidiendo, negando y tirando para atrás las propuestas llevadas por la oposición o las peticiones de los parados, son capaces de llevar flores a los difuntos por fusilamiento mientras mantienen honores a sus asesinos. Asumir para impedir y desvirtuar.
Un Pleno inútil e inutilizado por el rodillo impuesto desde el Pacto por Sillones, medidas populistas y prepotentes, el victimismo latente en cada palabra en cada gesto, todos tienen la culpa, todos son responsables menos ellos, la imposición del pensamiento único, de medidas únicas, de caminos únicos… “es lo único que se puede hacer, es la solución única, sin remedio, sin alternativa…”
Ensalzar el caudillaje, el salvador único, el culto a la personalidad, al líder indiscutible, es habitual en sus discursos “el gobierno que preside Pepe Loaiza” “las políticas de Pepe Loaiza” “lo que le preocupa al alcalde Loaiza”… que añadido a la publicidad y el autobombo gebeliano y repetitivo nos devuelven a los tiempos de las arengas radiadas por Queipo, a la prensa única del NODO, coreados por los cuatro arcángeles que comentan y opinan en la única y partidista prensa local, la imposición de los valores del nacional catolicismo.
Lo tienen fácil, la sociedad isleña se autoreconoce como pasota, indolente y apática, un caldo de cultivo para la no participación, para el apoliticismo, para dejarse hacer, para la manipulación y el adoctrinamiento. No es baladí que una cuarta parte de nuestros hijos se eduquen en colegios religiosos, o que una cuarta parte de los isleños (23.000) son cofrades que pagan cuota a las más de veinte cofradías, no es casual que el nazareno comparta con Franco el titulo de alcalde perpetuo o que las velas y rosarios paseen nuestras calles cada semana o que la prensa local ocupe espacios en ecos cofradieros mientras permiten en sus comentarios apologías a la dictadura, al dictador y a sus golpistas.
Solo unos cuantos, muy pocos, se atreven a acudir al Pleno con pancarta, mientras que la debenito les manda callar y los dos peperos del público se mofan de ellos o de los portavoces de la oposición. Loaiza lo tiene fácil.
Pues eso, el programa y su hoja de ruta, las intenciones, las políticas del caudillo Loaiza y sus flechas azules están patentes, están claras, apoliticismo, imperio de los mercados, dictadura económica y desmovilización ciudadana, para una Isla Grande, Libre y nacional-católica. De libro.
A mediados del siglo XIII comenzó a surgir un poblado en torno al Castillo de San Romualdo, que entonces era conocido como Logar o Lugar de la Ponte, después como castillo de Zuazo y en época árabe como alquería de Rayhana. Alrededor de este ribat y en torno al Real Carenero, atarazana situada junto al Puente Zuazo, se formó la actual ciudad de San Fernando, La Isla
31 de octubre de 2012
30 de octubre de 2012
9 de octubre de 2012
Regusto amargo, a sable
Hacia muchos años que los enanos no esgrimían el bastón de alcalde como bastón de mando, que la solidaridad no mutaba en caridad, que el consenso en imposición, que la participación en acatamiento… Hacían muchos años que los santos no se paseaban a diario ni el incienso lo impregnase todo y es que, desde los tiempos de García Raez, no se palpaba el regusto amargo del sable en el consistorio.
La solidaridad siempre llevó asociado conceptos y valores más propios de pensantes que de bienaventurados, de compartir más que de donar, de insurgencia más que de caridad, de igualdad y justicia más que de asunción y reconocimiento de la pobreza y eso es peligroso para el beato que manda. La solidaridad tiene su punto de rebeldía y por eso, quizás, el alcalde ha preferido la caridad con los pobres de La Isla que la solidaridad con los pobres de fuera, ha preferido pagar el butano a un parado nuestro que llevar medicinas o lápices a un negrito africano; De un plumazo-decreto se ha terminado con el 0,7 solidario porque los empobrecidos parados, que su gobierno genera, necesitan caridad para el recibo de la luz.
Cree el marcial alcalde que los isleños tienen los dineros que el dice no tener y por eso, a golpe de votos comprados a la PAndilla, nos sube tasas e impuestos por segunda vez y “nos agradece y reconoce” los esfuerzos y sacrificios que hacemos; esforzados y sacrificados por sus santos cojones, que no es lo mismo.
Cree el alcalde que la Junta tiene los 35 millones que su amigo Morenés dice no tener para mantener el Hospital, cree Loaiza que la Junta tiene una maquinita de hacer los billetes que Rajoy recorta y no transfiere para la sanidad publica y deduce, el militar-alcalde, que la Junta es culpable y responsable del inminente cierre del centro hospitalario que ya no interesa a los generales; Jugar a la guerra les es más rentable para tener contentos a los otanitos.
Piensa el recortador de derechos que la oposición es nada, una piedra en el zapato, un grano en su culo, que nadie les votó, que la mitad de los isleños a los que representan son un comino, olvida que es alcalde por la gracia de responsables subsidiarios y mantenidos, por el Pacto Infame, que no merecen papeles ni informes, ni atención ni derechos, ni consensos ni despachos en la sede municipal y mociones impedidas, que hay que quitárselos de encima y, por sus santos cojones, les exilia e ignora.
Belenismo en vez de formación, procesiones, desfiles y recreaciones en vez de cultura, planes de empleo imposibles, jóvenes tutelados y considerados como inútiles, reglamentos incumplidos, informes inventados y dinerito para iluminar el sagradocorazóndejesus, sala de propaganda y prensa de 20.000 eurazos… que para mantener alcantarillado y limpiar de mugre la ciudad no tiene.
Ciego alcalde que no ve la sala de plenos llena de pancartas y reproches, democracia mutilada y delegaditos y delegaditas ejerciendo de manijeros del cortijo, latiguillo en ristre.
Pues eso, que los hijos de Varela imperan de nuevo, que desde los tiempos de García Raez, no se palpaba el regusto amargo del sable en el consistorio.
La solidaridad siempre llevó asociado conceptos y valores más propios de pensantes que de bienaventurados, de compartir más que de donar, de insurgencia más que de caridad, de igualdad y justicia más que de asunción y reconocimiento de la pobreza y eso es peligroso para el beato que manda. La solidaridad tiene su punto de rebeldía y por eso, quizás, el alcalde ha preferido la caridad con los pobres de La Isla que la solidaridad con los pobres de fuera, ha preferido pagar el butano a un parado nuestro que llevar medicinas o lápices a un negrito africano; De un plumazo-decreto se ha terminado con el 0,7 solidario porque los empobrecidos parados, que su gobierno genera, necesitan caridad para el recibo de la luz.
Cree el marcial alcalde que los isleños tienen los dineros que el dice no tener y por eso, a golpe de votos comprados a la PAndilla, nos sube tasas e impuestos por segunda vez y “nos agradece y reconoce” los esfuerzos y sacrificios que hacemos; esforzados y sacrificados por sus santos cojones, que no es lo mismo.
Cree el alcalde que la Junta tiene los 35 millones que su amigo Morenés dice no tener para mantener el Hospital, cree Loaiza que la Junta tiene una maquinita de hacer los billetes que Rajoy recorta y no transfiere para la sanidad publica y deduce, el militar-alcalde, que la Junta es culpable y responsable del inminente cierre del centro hospitalario que ya no interesa a los generales; Jugar a la guerra les es más rentable para tener contentos a los otanitos.
Piensa el recortador de derechos que la oposición es nada, una piedra en el zapato, un grano en su culo, que nadie les votó, que la mitad de los isleños a los que representan son un comino, olvida que es alcalde por la gracia de responsables subsidiarios y mantenidos, por el Pacto Infame, que no merecen papeles ni informes, ni atención ni derechos, ni consensos ni despachos en la sede municipal y mociones impedidas, que hay que quitárselos de encima y, por sus santos cojones, les exilia e ignora.
Belenismo en vez de formación, procesiones, desfiles y recreaciones en vez de cultura, planes de empleo imposibles, jóvenes tutelados y considerados como inútiles, reglamentos incumplidos, informes inventados y dinerito para iluminar el sagradocorazóndejesus, sala de propaganda y prensa de 20.000 eurazos… que para mantener alcantarillado y limpiar de mugre la ciudad no tiene.
Ciego alcalde que no ve la sala de plenos llena de pancartas y reproches, democracia mutilada y delegaditos y delegaditas ejerciendo de manijeros del cortijo, latiguillo en ristre.
Pues eso, que los hijos de Varela imperan de nuevo, que desde los tiempos de García Raez, no se palpaba el regusto amargo del sable en el consistorio.
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