El resto de los mortales que habitamos en La Isla, solo somos unos pobres ignorantes y debemos consultarles “para conocer la verdad y evitar la transmisión de información que puede dar lugar a malentendidos entre los ciudadanos”.

No digamos nada de otro, el cansino de la participación, que con el solo afán de salir en los periódicos, se hace eco de las demandas vecinales, de esos incultos vecinos que no saben distinguir el agua de lluvia de las fecales, que no saben distinguir una compresa, la pasta de papel higiénico o las caquitas, de “sedimentos naturales o de las aguas provenientes del vaciado de algún aljibe o la limpieza de alguna piscina” y es que sin consultar previamente al delegado y sin revisarse la pituitaria, se dedica a confundir al personal denunciando falsos vertidos de fecales y malos olores, que ni son tan malos ni son olores, (lastima de parques, naturales o no).

Y es que, todavía existen personas de La Isla que no quieren reconocer que el pueblo soberano ha elegido a los mejores para que nos gobiernen y nos manden, o mejor dicho, para que nos manden y simulen que gobiernan, no han asimilado aún que Loaiza es el cambio para que nada cambie, que sus aliados y sus programas son lo “mejon” de lo “mejón” y que una Isla “Grande y Libre, por la gracia de Dos” es posible, (lastima de ley electoral).
Pues eso, que lo que el gobierno haga o diga es dogma de fe que para eso y como el papa, son infalibles. Los demás, unos jartibles con ganas de enredar.
Nosotros, a lo nuestro, a nuestra procesión diaria, a nuestro día del vecino, a nuestra devoción mariana, a nuestra resignación cristiana, a nuestros homenajes a las FFAA, a nuestras recreaciones y a nuestra guardia salinera, que piensen ellos, que lo hacen muy bien y ya velan, infaliblemente, por nosotros, (lastima de La Isla).
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