Picaros, tunantes y el fango del Zurraque

...tanto monta, monta tanto, Pedemonte que De Bernardo.

Seria relativamente fácil establecer un paralelismo entre los picaros de la narrativa española y los personajillos que actualmente pululan por la política y la vida publica en La Isla; lastima que estos, los de hoy, por tunantes y por su pseudología fantástica, se nos antojan menos simpáticos y bonachones y mas corrosivos y peligrosos que los lazarillos de entonces; Yo diría, incluso que, los actuales son menos listos, mas simplonatos, mas sinsustancia, llegan a creerse sus propias mentiras y cuando son descubiertos se hacen pasar por victimas, inventan conspiraciones y aparentan estar dolidos y compungidos.

También podríamos establecer una relación entre el fango del Zurraque, nuestra historia y los picaros actuales; En nuestros lodos igual podemos encontrar vida en forma de biñocas, medios para ganársela como cachitos de historia, recientemente leímos la noticia de la aparición de un puñado de cañones hundidos, que bien podrían ser nuestros o de los asediadores franceses y que hubieran servido para matar o para matarnos y posiblemente, cuando con cualquier motivo se decida seguir dragando, es seguro que aparecerán otros “tesorillos”, restos de batallitas, latas de pesicola y lavadoras, incluso facturas duplicadas del alcantarillado o los papeles inculpatorios de quien se llevó los millones desfalcados.

Claro, que para entonces, ya no estarán los responsables de la UTE que hoy, mediante fax, cogen las de Villadiego y se marchan, acusándonos de “injurias y calumnias sobre nuestro correcto proceder empresarial…” pero no nos aclaran si presionaron, coaccionaron y utilizaron el mooving para presuntamente, obligar a sus empleados a falsificar partes de trabajo; Posiblemente, tampoco estarán Pedemontes y Nantes que hasta ayer, negaban las irregularidades, apoyaban a la empresa y al alcalde y hoy se erigen en protagonistas y responsables de la huida de los presuntos falsificadores.

Y seguro que habrán desaparecido, como desaparecieron nuestros 7,8 millones de euros, los debernardos, las marichas, romeritos y todos los tunantes, picaros y padecedores de esa pseudología fantástica que les acompañan, justifican y apoyan.

Pasarán a ser historia enterrada en nuestros lodos, tanto ellos como sus promesas, sus bicentenarios, sus facturas sin consignación, sus enchufados, sus várelas, sus conspiraciones inventadas, sus pasquines y sus delirios celotipicos.

Posiblemente, cuando La Isla, se proponga celebrar el Tricentenario y con motivo de las nuevas obras sobre el Zurraque, saldrán a la luz, esos cachitos de historia y que posiblemente inspirarán a los escribidores a narrar sobre picaros, tunantes y el fango del caño del 2010.