Yo también pondré sillas vacías

Cuentan los viejos y las viejas, los de mas de sesenta años, cositas de La Isla para no olvidar; Dicen que los lunes, al entrar en el colegio, don Carmelo o don Antonio o doña Concha, preguntaba a los alumnos por el color de la casulla que vistió el cura en la misa del domingo y que pobre del que no acertase, una respuesta incorrecta, una duda, delataría al niño o la niña de su no asistencia al acto religioso o de su falta de atención y como castigo tendría que estar de rodillas durante la clase y copiar cien veces el color del día.

Cuentan los viejos que cuando sonaban las trompetas desde los cuarteles anunciando la arriada de banderas, todos los transeúntes, hombres, mujeres, jóvenes paraban su marcha, se ponían firmes y así permanecían hasta que ensordecían las cornetas y pobre del que no lo hiciera pues se exponía a ser señalado por los demás como irrespetuosos y a aguantar las reprimendas.

Dicen los mas viejos que existía una acera por donde caminaban los tramposos, los que comían de fiado o llevaban alpargatas y era un lujo poder comprar las mijitas del freidor y que todas las casaderas aspiraban a casarse con un guardiamarina y que las gentes tenían un vestido de domingos y que el señor cura, el comandante de la guardia civil, que no era comandante sino cabo o sargento, el juez y el alcalde que también era militar, gobernaban desde la Mallorquina con mano dura, que habían mucha gente mala para controlar, que ojito con señalarse que para eso estaban las normas de urbanidad.

Cuentan que luego llegaron los de la libertad sin ira, las urnas y las promesas electorales, que ya se podía rajar, el disputado voto de don Cayo, los mentideros y las encuestas y que esto se convirtió en el despiporre.

Pero yo solo he visto gente que sufre y calla, gente que sólo desea su pan, y tener su procesión en paz, yo sólo he visto gente muy obediente, gente que tan sólo pide vivir su vida, sin más mentiras y cada vez mas, solo veo gente cansada de pelotazos, de corruptelas, de desfalcos y de desgobernantes y aprovechados, que mientras las gentes han dado un salto cualitativo y exigen regeneración en la política, los políticos, algunos políticos siguen comportándose igual que si estuviéramos en esa Isla que nos cuentan los viejos, siguen creyendo que La Isla es su cortijo.

Seis listas, seis, con sus candidatos y candidatas. Ya conocemos las listas, los listos, los listillos y las listillas, poco conocemos sus programas salvo honrosas excepciones, pero si conocemos sus macroproyectos dibujados y sus macro promesas pero también sus poses y su marketing, poses como pedir compromiso escrito de “jugar limpio” pero guardando ases y trapos sucios en la bocamanga, poses como la de retar a debate pero con la amenaza de poner sillas vacías con los nombres del candidato que no recoja el guante, son muy dados a la amenaza los herederos de Varela, siempre han delatado a los no comulgantes con sus ideas y esta servidora les reta a estos cruzados por La Isla: Si me firmáis el compromiso publico de retirar toda la simbología franquista en los tres primeros meses de legislatura, os votaré, por mis muertos que os votaré, pero si no me recogéis el guante, yo también pondré sillas vacías y le pondré nombres y apellidos a todos y a todas los herederos del laureado jinete.

Pues eso, que programa, programa y programa, o ninguno sacareis mas de siete, que asistiremos a los malabarismos y excusas de todo tipo para la gobernabilidad de La Isla, y que excepto uno, todos se vais a comer con papas el papelito que habéis firmado a Plataforma para poder ser alcalde, palabra de bruja.