A mediados del siglo XIII comenzó a surgir un poblado en torno al Castillo de San Romualdo, que entonces era conocido como Logar o Lugar de la Ponte, después como castillo de Zuazo y en época árabe como alquería de Rayhana. Alrededor de este ribat y en torno al Real Carenero, atarazana situada junto al Puente Zuazo, se formó la actual ciudad de San Fernando, La Isla

9 de octubre de 2012

Regusto amargo, a sable

Hacia muchos años que los enanos no esgrimían el bastón de alcalde como bastón de mando, que la solidaridad no mutaba en caridad, que el consenso en imposición, que la participación en acatamiento… Hacían muchos años que los santos no se paseaban a diario ni el incienso lo impregnase todo y es que, desde los tiempos de García Raez, no se palpaba el regusto amargo del sable en el consistorio.

La solidaridad siempre llevó asociado conceptos y valores más propios de pensantes que de bienaventurados, de compartir más que de donar, de insurgencia más que de caridad, de igualdad y justicia más que de asunción y reconocimiento de la pobreza y eso es peligroso para el beato que manda. La solidaridad tiene su punto de rebeldía y por eso, quizás, el alcalde ha preferido la caridad con los pobres de La Isla que la solidaridad con los pobres de fuera, ha preferido pagar el butano a un parado nuestro que llevar medicinas o lápices a un negrito africano; De un plumazo-decreto se ha terminado con el 0,7 solidario porque los empobrecidos parados, que su gobierno genera, necesitan caridad para el recibo de la luz.

Cree el marcial alcalde que los isleños tienen los dineros que el dice no tener y por eso, a golpe de votos comprados a la PAndilla, nos sube tasas e impuestos por segunda vez y “nos agradece y reconoce” los esfuerzos y sacrificios que hacemos; esforzados y sacrificados por sus santos cojones, que no es lo mismo.

Cree el alcalde que la Junta tiene los 35 millones que su amigo Morenés dice no tener para mantener el Hospital, cree Loaiza que la Junta tiene una maquinita de hacer los billetes que Rajoy recorta y no transfiere para la sanidad publica y deduce, el militar-alcalde, que la Junta es culpable y responsable del inminente cierre del centro hospitalario que ya no interesa a los generales; Jugar a la guerra les es más rentable para tener contentos a los otanitos.
Piensa el recortador de derechos que la oposición es nada, una piedra en el zapato, un grano en su culo, que nadie les votó, que la mitad de los isleños a los que representan son un comino, olvida que es alcalde por la gracia de responsables subsidiarios y mantenidos, por el Pacto Infame, que no merecen papeles ni informes, ni atención ni derechos, ni consensos ni despachos en la sede municipal y mociones impedidas, que hay que quitárselos de encima y, por sus santos cojones, les exilia e ignora.

Belenismo en vez de formación, procesiones, desfiles y recreaciones en vez de cultura, planes de empleo imposibles, jóvenes tutelados y considerados como inútiles, reglamentos incumplidos, informes inventados y dinerito para iluminar el sagradocorazóndejesus, sala de propaganda y prensa de 20.000 eurazos… que para mantener alcantarillado y limpiar de mugre la ciudad no tiene.

Ciego alcalde que no ve la sala de plenos llena de pancartas y reproches, democracia mutilada y delegaditos y delegaditas ejerciendo de manijeros del cortijo, latiguillo en ristre.

Pues eso, que los hijos de Varela imperan de nuevo, que desde los tiempos de García Raez, no se palpaba el regusto amargo del sable en el consistorio.

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