A mediados del siglo XIII comenzó a surgir un poblado en torno al Castillo de San Romualdo, que entonces era conocido como Logar o Lugar de la Ponte, después como castillo de Zuazo y en época árabe como alquería de Rayhana. Alrededor de este ribat y en torno al Real Carenero, atarazana situada junto al Puente Zuazo, se formó la actual ciudad de San Fernando, La Isla

1 de mayo de 2009

Con el miedo en las entrañas



En las vísperas del 2010, en las puertas del cacareado Bicentenario en el que supuestamente celebraremos el nacimiento de los derechos democráticos y constitucionales como la libertad de prensa y expresión, nuestra Isla sigue con el miedo en las entrañas.

Por este pueblo no pasó la guerra, no se cavaron trincheras, no hubo frentes, ni ruidos de cañones; pero si pasó la muerte, fusilando, mansa, silenciosa, segando vidas, cortando lenguas para siempre; Fue tanto el dolor, tan inconmensurable el pánico que aún hoy, sus secuelas mantienen enfermo a este pueblo, que antes de cualquier pronunciamiento, antes de cualquier reivindicación colectiva, tiene que levantar la bandera del apoliticismo y declararse “limpio de ideologías”.

La Isla, la ciudadanía isleña intenta organizar una respuesta al robo, sin precedentes en este país, en la Caja Municipal de casi ocho millones de euros, la ciudadanía exige “responsabilidades políticas” pero su primer pronunciamiento es declararse “apolítico”.

En este pueblo, después de 31 años de “Constitución Democrática” y que se prepara para el Bicentenario, solo pueden mostrar su ideología, su carné o su bandera, de forma publica, los tres poderes de siempre: alcalde, iglesia y sable. Solo ellos pueden lucir, en la calle, anagrama, varales y desfile, sin pudor, sin miedo, sin censura y con licencia; pero el pueblo, el de barriadas, el que come de ofertas, el que suda bolígrafos y tinta para pagar súper-impuestos, el de los 11.000 parados… ese, que tímidamente saca la cabeza y levanta la mano para ejercer de ciudadano, ese, aún necesita declararse “apolítico” y aséptico para exigir la dimisión del alcalde y su gobierno.
Resulta, cuando menos, una contradicción que una Plataforma Ciudadana, que se autodenomina “Responsabilidades Políticas Ya” se proclame apolítica.

Pero, aún así, como cañailla, me siento satisfecha y orgullosa, porque mi pueblo, mis vecinos han realizado, con la Asamblea de ayer, el gesto político colectivo más grande de toda la etapa “democrática” de La Isla: Pedir la dimisión de quienes les desgobiernan, exigir responsabilidades políticas. Este gesto es un acto político de mucho calado, mi pueblo ha expresado democráticamente y en asamblea su rechazo a una forma de ejercer la política.

Otros, disfrazados de partido político, beatos, casi secta y sectarios, asépticos e independientes, que optaron en las municipales a gobernar este pueblo, por boca de su máximo responsable todavía “mantenía dudas” sobre si existían responsabilidades políticas… No me los quiero imaginar, si hoy tuvieran representación municipal, poniendo en manos del cielo, de la voluntad divina, la resolución a este robo.

Adelante ciudadanos y ciudadanas, hemos puesto la primera piedra a esa necesaria y obligada obra del ejercicio ciudadano, se ha dado un primer paso para abolir el vasallaje y el miedo.

Sr. Pareja, a su pesar, usted y los que han coordinado la Asamblea, junto a los isleños, han hecho política con mayúsculas.

2 comentarios:

Ignacio Bermejo dijo...

Bueno, creo que tienes razon, como casi siempre. Estuve alli, incluso salgo en la foto, hable y me presente voluntario para colaborar. Yo soy politico, en tanto que tengo mi ideologia, y asi lo hice saber. No obstante, en la redaccion del manifiesto, se ha de expecificar que cualquier ciudadano que participe a nivel personal, puede hacerlo, con idependencia de que luego pertenezca al partido politico que le de la gana, lo que es un derecho constitucional. (Lo de no politizar la plataforma es solamente para que no la tachen de estar manipulada por un determinando partido politico que ambos sabemos cual es) Es solo por eso. Un cordial abrazo.

Daalla dijo...

Tu entrada me produce sentimiento encontrados. Entiendo por un lado que el miedo de la larga dictadura franquista que tuvimos aún paralice en muchos sentidos a la gente. Ese era su objetivo, incluso a tan largo plazo.
Por otro, no puede ser que, tantos años después todavía se tenga que pedir permiso y disculparse por defender lo de uno. Los derechos no se consiguen sin luchar, y mantenerlos exige la misma lucha o superior.
Como tú prefiero ver el vaso medio lleno que medio vacío. Pero hay que seguir adelante. ¡Animo y a por esos sinvergüenzas!