
Es el triunfo de la dignidad y la razón frente a la barbarie de los déspotas. Aminetu ya está en casa, sin pedir perdón y sin condiciones. Es un triunfo para el pueblo saharaui.
El monarca alahuita ha sucumbido a las presiones de sus socios españoles, europeos y americanos a cambio de más inversiones, más compras de tomate marroquí y pescado del banco robado al pueblo saharaui, es decir que el torturador y represor monarca se traga sus discursos de “integridad nacional” a cambio de dinero.
Pero la lucha de Aminetu y su pueblo continua y nosotros tenemos que seguir apoyándoles. Viva Sahara Libre.
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