
(Kalvellido en la red)
” Horror al comprobar que a medida que pasa el tiempo nosotros, los ricos del mundo, somos cada ves más ricos y ellos, los pobres, lo son cada vez más.
Horror al descubrir hasta qué punto somos responsables de esta brecha, cada vez más insalvable, que nos separa de ellos, los que no alcanzan a vivir con los mínimos derechos garantizados.
Horror al darnos cuenta de que para exigir justicia no basta con la solidaridad a distancia, ni con los gritos de protesta que lanzamos al viento de los que tanto presumimos.
Horror al reconocer que nunca renunciaríamos a la vida que tenemos ni siquiera por mejorar las condiciones de vida de los parias del mundo.
Horror por pertenecer a una civilización que no ha hecho sino beber la sangre de los pobres, de los débiles, de los sometidos, para moverse como si fuera mérito suyo, en la opulencia y el despilfarro.
Horror, en fin, ante tanta falta de solidaridad y de coraje que nos impide incluso nombrar las soluciones posibles a tanto descalabro.
¿A cual de estos horrores se referirá el africano que nos mira entre el espanto y la perplejidad? ”
Rosa Regás.
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