
En todas estas “campañitas” con las que los obispos y ultra católicos del PP tratan de atacar las tímidas y pacatas normas y leyes que el PSOE está sacando, ante la presión de la sociedad, en todas, subyace una buena dosis de mentiras y tergiversaciones que nos llevan a exclamarles: ¡obispos, católicos, estáis pecando contra vuestro octavo mandamiento!
Me explico: Con la reforma de la ley del aborto, la conferencia episcopal, en cuantas manifestaciones publicas que les he oído o leído está transmitiendo que es un
“reconocimiento al derecho a matar” (vease: http://derechoavivir.org).
Pues bien, ni la ley en vigor, ni la reforma, ni ninguna ley parecida de ningún estado, establecen como Derecho el aborto, simplemente supone una “despenalización” en ciertos casos, supuestos y plazos… No existe el derecho al aborto en ninguna legislación.
En este y en otros casos, como la eutanasia o el uso de preservativos, también los obispos quieren transmitir de forma velada, a veces y otras por las claras, que son normas impositivas; y yo les preguntaría:
¿Quién o que norma os obliga a practicar abortos?
¿Quién o que norma os obliga a usar preservativos?
¿Quién o que norma os obliga a ejercer la eutanasia?
¿Quién o que norma os impide adoctrinar a vuestros hijos en la “moral cristiana”…
Si nadie ni nada os lo impide, ¿A que temen los obispos?... ¿Temen acaso a que se les descarríe el rebaño?...
Los católicos son totalmente libres para cumplir con sus preceptos, ritos y creencias.
Estas tímidas y pacatas leyes no obligan a nadie, solo reconocen derechos limitados o despenalizan casos y supuestos; Entonces, porque os quejáis, a que teméis;
podéis traer al mundo cuantos hijos os “dé Dios” y sin profilácticos, podéis mantener artificialmente con vida a vuestros familiares, aunque lleven veinte años clínicamente muertos, podéis llevar a vuestros hijos a las catequesis o adoctrinarlos en vuestra fe en el seno de vuestras familias; únicas familias que reconocéis como autenticas… (Por cierto, no me imagino el enorme sufrimiento que estaréis padeciendo cuando os nace un hijo o hija homosexual o lesbiana, condición esta que calificáis como antinatural.
Por el contrario, vosotros criminalizáis y descalificáis a los que exigimos el derecho a una muerte digna, condenáis a los que se aman y practican el sexo fuera del matrimonio católico, despreciáis a los que utilizan métodos anticonceptivos, no reconocéis y tildáis de antinaturales las parejas del mismo sexo, reprocháis y objetáis a los que queremos que en los colegios se eduquen a nuestros hijos en valores ciudadanos y democráticos, nos acosáis con vuestras campañas, con vuestras procesiones, con vuestros símbolos y encima, continuáis siendo privilegiados con la colaboración y el dinero del Estado.
Aquí, ni existe ni existirá ese “derecho a matar” que os estáis inventando, pero
si existe el pronunciamiento del Vaticano a no despenalizar la homosexualidad en ciertos países, en donde incluso se les condena a muerte… Preferís verlos muertos antes que reconocer su natural existencia.
Vuestras contradicciones os hacen pecar contra vuestro octavo mandamiento y también de soberbia cuando decís que los homosexuales no son obra de vuestro dios-creador, que son “antinaturales”…
Por último, si uno de vuestros dogmas es que el Papa es infalible; porque algún que otro Papa ha rectificado y ha pedido perdón públicamente por los errores de vuestra iglesia.